lunes, 24 de agosto de 2009


EN LA GUERRA DE LOS CUMPLEAÑOS, DOGER GUERRERO REÚNE LA MAYOR CANTIDAD!
Enrique Doger Guerrero sorprendió ayer a propios y extraños, pues congregó a miles de prosélitos con el pretexto de celebrar su aniversario número 52. Si los cumpleaños son el pretexto perfecto para ingresar a la moda de exhibir el músculo político, Enrique Doger Guerrero sorprendió ayer a propios y extraños, pues congrego a miles de prosélitos –los cálculos conservadores aseguraron que no eran menos de 10 mil, los más entusiastas afirmaban que superaban los 15 mil con el pretexto de celebrar su aniversario número 52.
El ex presidente municipal de la Angelópolis no sólo causó sorpresa por la nutrida concurrencia, sino porque los asistentes eran representantes oriundos de sectores a todas luces populares: campesinos, vendedores ambulantes, comerciantes de mercados, profesionistas y autoridades municipales. Tal vez Doger quiso que las críticas sobre su supuesta distancia del “pueblo” mordieran el polvo con evidencias.
Y en la vorágine de la carrera interna del PRI por la candidatura para suceder a Mario Marín Torres en la primera magistratura, destacó la presencia de Rafael Moreno Valle Rosas, el adversario a vencer en el PAN por la misma postulación, y quien siendo priista, fue el principal adversario del actual gobernador en la interna priista el sexenio pasado.
De hecho, Doger Guerrero arribó al terreno en el que se efectuó el ágape, ubicado a un costado del boulevard Forjadores de Puebla –en medio de los municipios de Cuautlancingo y Cholula– acompañado del senador panista, quien, tal vez a propósito se rezagó en el trayecto para platicar con algunas personas, mientras el ex edil hacía su entrada en medio de aplausos y porras.
No hay que olvidar que hace poco, Doger Guerrero fue uno de los convidados principales al cumpleaños de quien se presume amigo cercano de Elba Esther Gordillo Morales, sempiterna líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, quien no tiene empacho en asegurar que hace tres años inclinó la balanza a favor de Felipe Calderón, en la batalla electoral con Andrés Manuel López Obrador.
Sobresalieron las felicitaciones, a el también ex rector de la Universidad Autónoma de Puebla, que en persona le llevaron el diputado federal, Alberto Amador Leal; el ex líder cenecista, Jesús Morales Flores, y el eterno aspirante al abanderamiento tricolor, Víctor Hugo Islas Hernández, todos contendientes en el PRI a la candidatura a gobernador.
Llegó, asimismo, el secretario de Desarrollo Social del ayuntamiento de Puebla, Víctor Manuel Giorgana Jiménez, apuntado en la lista de pretendientes de la candidatura a edil capitalino por el Revolucionario Institucional, y, especialmente, uno de los hombres más cercanos a la alcalde poblana, Blanca Alcalá Ruiz, otra aspirante de la postulación a la titularidad del Poder Ejecutivo local por el mismo partido.
Giorgana se vio muy animado platicando con Claudia Hernández, la secretaria del Comité Directivo Estatal. La máxima jerarquía institucional del partido tampoco le hizo el feo a la comida del “rebelde” de la sucesión.
El único zavalista, fue el subsecretario de Desarrollo Social, Juan Manuel Vega Rayet. No hubo emisarios del gobierno estatal. Ni del Congreso del estado, salvo el incondicional dogerista, Jorge Ruiz Romero, diputado local que se veía exultante al celular contando a su interlocutor “el éxito de la comida”.
Así, hubo varios periodistas y “observadores de la política” que no dudaron en calificar al cónclave como el primer mitin del frente antizavalista, por ser Javier López Zavala, el presunto favorito de Marín para sucederlo.
El “músculo”Lo que sí es un hecho es que la movilización fue inesperada. Por lo menos para un rival como Doger, ajeno en este momento al poder político y partidista, y que, sin embargo, fue capaz de desplazar a invitados de todos los puntos y casi todos los sectores del estado, en una escaramuza que sólo se acostumbra a ver en actos de gobierno o concentraciones de militantes, donde esas multitudes son llamadas “estructura”.
El festejo 52 fue participado con recursos propagandísticos variopintos: desde el perifoneo en colonias, hasta los correos electrónicos y los sitios de redes sociales. La cita fue en el salón para fiestas Sol, pero los asistentes fácilmente podrían haber desbordado sus límites, por lo que el convite se improvisó en un terreno situado al frente, que también resultó insuficiente, pues tuvieron que colocarse mesas en una de las calles contiguas al Forjadores.
En ambos sentidos del bulevar, las calles estaban saturadas de camiones, automóviles y gente hasta medio kilómetro, aproximadamente. Más parecía el acceso a un tianguis o a un baile grupero, que una fiesta de cumpleaños.
La comida resultó insuficiente, o al menos así lo hicieron saber algunos reporteros que se marcharon porque el servicio de los meseros suponía un atraso considerable en la redacción de sus notas.
Campaña
Incluso hubo algunos dogeristas de cepa, como el ex regidor Gerardo Corte, que rieron con alguna ocurrencia del artista, que se presentó al respetable como: “Herón Memo”.Los periodistas se arremolinaban en torno a los principales y también algunos seccionales del PRI y líderes de colonias. “Doctor Doger, sabemos que usted nunca nos ha fallado, nos los (sic) hizo saber cuando estuvo de presidente municipal. Venimos el corazón en la mano para luchar por usted y hacerlo nuestro gobernador”, le dijo emocionada Guadalupe García López, líder en la colinia Alseseca.Su discurso fue escueto y, a simple oída, carente de mensaje político. Un agradecimiento a los presentes. Una autodefinición breve de sí mismo. Y un resaltar que Enrique Doger es poblano. Tres veces reivindicando el gentilicio. Una clara alusión a Javier López Zavala, cuya biografía registra nació en Pijijipan, Chiapas, el 9 de enero de 1969.

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